La asociación discursiva entre violencia, niñez y adolescencia en los medios no puede ser negada para pensar los procesos de conformación de nuestra conciencia colectiva y analizar su impacto en las representaciones sociales relativas a convivencia, violencia y ruptura del orden.
Estudiar su tratamiento en la prensa significa abordar uno de los factores que incide en las representaciones relativas a seguridad, estabilidad y “causas” sociales del conflicto. No deberíamos hablar de convivencia y vincularla con una agenda de seguridad pública; no obstante, los problemas actuales de convivencia se vinculan discursivamente con los problemas de la seguridad y el impacto que en la realidad y en las percepciones tienen los medios masivos de comunicación.
Mientras algunos sectores entienden que los niños y jóvenes que protagonizan la violencia delictiva son víctimas de un modelo social desigual – siendo más vulnerados en función de los efectos que la delincuencia tiene en ellos – otros entienden que la realización de un delito es resultado de opciones personales y debería tener por respuesta medidas punitivas que, se postula, no son lo suficientemente severas. Ambas interpretaciones tienen representaciones diferentes de las causas de la vulnerabilidad social, la desintegración y el conflicto.
A su vez, estas interpretaciones encuentran diferentes asideros en los medios. Por un lado se percibe el tratamiento generalizado desde una perspectiva sensacionalista, la que culpabiliza a los sectores que viven en la precariedad y la pobreza, alimentando de esta forma el discurso que promueve el pedido de medidas de mano dura. Por otro lado y con poco eco en el actual estado del debate a nivel de los medios masivos de comunicación, están las políticas integrales, más afines a las concepciones que entienden que la violencia social surge de las desigualdades sociales y que, sin eludir los procesos de responsabilización, procuran promover instancias de protección de derechos vulnerados.
Tal como se observa en otros países y desde hace ya más de una década (Lorrain, 1999), las noticias de violencia escolar en prensa y televisión han sido consideradas varias veces como parte de la crónica roja, limitada a relatar los hechos de modo muchas veces sensacionalista. Sean peleas entre jóvenes, agresiones a docentes, actos vandálicos, todos estos hechos sufren de una “sobremediatización”. Ello se explica por una agenda que aún tiende a asociar infancia con peligrosidad y difunde en permanencia hechos de violencia protagonizados por adolescentes.
Al igual que en la región, encontramos en Uruguay estudios que demuestran la existencia, en los medios, de una asociación entre peligrosidad y adolescencia. Tal es el caso del trabajo de Rosario Sánchez Vilela (2007), quien realizó un análisis de la agenda referida a violencia, infancia y adolescencia monitoreando los medios de comunicación entre agosto y noviembre de 2006. Asimismo, “Voz y Vos” viene efectuando otro monitoreo en medios desde el año 2007, el cual arroja resultados confluyentes en este sentido (Baleato, 2010). En efecto, estos estudios concluyen que el tema que ocupa mayor espacio es el referido a violencia, por lo que la infancia y la adolescencia son asociadas a la peligrosidad, a la amenaza social, como víctimas o como victimarios, pero alimentando las bases sociales de la inseguridad.
A grandes rasgos, lo que puede observarse es que en las noticias que aparecen sobre violencia escolar, la palabra de los investigadores ha sido muchas veces buscada, otorgándose no obstante primacía al discurso de los representantes institucionales –docentes o directores– en gran medida alarmados por situaciones de emergencia.
Por otra parte, en nuestro país, la prensa no se ha caracterizado por difundir experiencias educativas de trabajo en vínculo de convivencia o prevención de la violencia. Sumado al fomento de una cultura del miedo y del sensacionalismo, esto genera y favorece la difusión de estereotipos juveniles estigmatizados, que se asocian a ciertos centros educativos, públicos generalmente. El caso, el accidente, difundidos y reiterados como noticia, se confunden con la generalidad: el caso de violencia de determinado centro educativo o acontecido en sus inmediaciones aparece como una violencia expandida en todo el sistema educativo.
Elaborado por Álvaro Levín a partir del libro “Gramáticas de la Convivencia” (Viscardi y Alonso, 2013)
Referencias Bibliográficas
BALEATO, Paula (2010): “Niñez y adolescencia en la prensa uruguaya. Monitoreo de Medios”. Montevideo: Voz y Vos / El Abrojo / UNICEF.
LORRAIN, Jean – Louis (1999): “Les violences scolaires”. París: PUF.
SÁNCHEZ VILELA, Rosario (2007). “Infancia y violencia en los medios”. Montevideo: UNICEF Uruguay.