Dentro de los soportes institucionales que hacen a las dinámicas de convivencia y participación adquieren especial relevancia la matrícula, los programas especiales así como la disponibilidad de recursos materiales.
Al analizar la cantidad de estudiantes que asisten a los centros educativos se perciben claras diferencias entre las escuelas del CEIP y lo que ocurre en la Enseñanza Media.
En las escuelas públicas, un 41% de los centros censados atienden entre 20 y 50 niños. A su vez apenas el 6% del total tienen más de 500 alumnos.
En la Enseñanza Media se percibe que una gran proporción de centros cuentan con una importante cantidad de estudiantes. Desmenuzando por subsistema, en el CES cerca de la mitad de los centros educativos atienden a más de 600 estudiantes mientras que en el CETP esta realidad se presenta en 3 de cada 10 escuelas técnicas.
En torno a la captación de programas o proyectos educativos el subsistema que presenta mayores dificultades es el CETP, donde 1 de cada 4 escuelas técnicas carecen de éstos. Por contrapartida, el subsistema que mayor capacidad posee de sumar programas es el CFE, donde en casi la mitad de los centros tienen 3 o más programas.
Otro de los elementos de singular importancia en la tarea pedagógica refiere a los recursos materiales para educar y gestionar. Es señalada la “escasez” o “inexistencia” de un conjunto significativo de recursos materiales para la tarea pedagógica.
En el CEIP, el recurso cuya escasez más se denuncia en los locales escolares es el proyector (70% de los centros). A seguir, aparecen los libros de texto escolar (65%) y el material bibliográfico infantil y didáctico así como el material bibliográfico docente, recursos para los cuales aproximadamente un 50% de referentes de escuelas denuncian su escasez o inexistencia. Finalmente, el mobiliario también está en falta para muchos referentes.
En el CES, el recurso cuya “escasez” más se denuncia en los locales escolares es el material bibliográfico docente (65% de los centros) y el material bibliográfico estudiantil (61%). A seguir, aparecen los libros de texto (43%), el proyector y el material didáctico (26% cada uno de ellos). Finalmente el mobiliario también está en falta aunque en una proporción mucho menor que en el CEIP (23%). En términos de calidad, este último recurso es el que mayormente se denuncia como “malo” o “regular” (29%). En los restantes rubros, la disconformidad respecto a la calidad de los mismos oscila entre el 15% y el 24% de los centros censados, lo cual muestra que la carencia de recursos didácticos es más relevante que el problema de su calidad en opinión de los directores.
En el CETP, el recurso que más está en falta es el material bibliográfico estudiantil, lo cual es expresado por el 74% de los responsables de centros. Se menciona, luego, el material bibliográfico docente (54%), el proyector (49%), los libros de texto (40%), el mobiliario (33%) y el material didáctico (22%). En lo relativo a la calidad, los valores son similares para todos estos recursos, siendo el mobiliario el que alcanza valores más críticos (31%) y el material bibliográfico docente el que menos (22%).
El CFE, en comparación con los anteriores subsistemas, presenta mayor conformidad con los recursos existentes para la tarea pedagógica tanto en calidad como en cantidad. El recurso que más está en falta es el proyector, reclamado en el 26% de los centros de relevados, seguido del material bibliográfico (19%), de los insumos de laboratorio y talleres (15%), del material didáctico (7%) y del mobiliario (4%). En lo relativo a la calidad, el proyector (19%) y el mobiliario (11%) son los más endebles.